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¿Es bueno andar para la artrosis de rodilla?
Ante una enfermedad como la artrosis muchas veces nos preguntamos qué actividad física es la idónea para mantenernos en forma e intentar paliar la dolencia. Y desde luego andar es una de las más beneficiosas, siempre que se haga correctamente y sin causar demasiado dolor. Se trata de un ejercicio de bajo impacto clave para fortalecer los músculos cercanos a la rodilla. Y un gran aliado para reducir la presión sobre nuestras articulaciones y hacer que el dolor no sea tan agudo. Sus beneficios van mucho más allá ya que también ayuda a mejorar la flexibilidad y la amplitud de movimiento de la rodilla. Como recomendación y si sufres de artrosis, es importante consultar con un médico si tu caso es óptimo para practicar este ejercicio o si debes complementarlo con algún otro entrenamiento específico.
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¿Qué es la artrosis?
Seguro que alguna vez has oído hablar de la artrosis como concepto pero quizá no sepas exactamente qué es. Se trata de una enfermedad degenerativa de las articulaciones que afecta principalmente a personas mayores. También puede llamarse osteoartritis y es la forma más común de artritis.
Se produce cuando el cartílago que cubre los extremos de los huesos en las articulaciones se desgasta gradualmente. El cartílago es un tejido duro y resbaladizo que ayuda a amortiguar y lubricar las articulaciones. Y cuando se desgasta, los huesos comienzan a rozarse entre sí, causando dolor, inflamación y rigidez en la articulación.
Puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, pero es más común en las articulaciones de carga, como las rodillas, caderas y columna vertebral. Los factores de riesgo para la artrosis incluyen la edad, el sexo (las mujeres tienen más probabilidades de padecerla que los hombres), la obesidad, la lesión articular previa o la genética.
Síntomas de la artrosis
Aunque pueden variar de una persona a otra, los más comunes son:
- Dolor articular: puede ser leve al principio, pero con el tiempo puede empeorar y volverse constante. El dolor suele ser más intenso después de la actividad física o al final del día.
- Rigidez articular: puede ser especialmente notoria por la mañana o después de un período prolongado de inactividad. La rigidez puede mejorar con el movimiento.
- Pérdida de flexibilidad: puede ser difícil mover la articulación en su amplitud completa de movimiento para ello dejamos unos tips sobre cómo mejorar la flexibilidad.
- Hinchazón articular: puede haber hinchazón y/o calor en la articulación afectada.
- Sonidos articulares: pueden escucharse chasquidos o crujidos al mover la articulación.
- Deformidad articular: en casos avanzados, la artrosis puede provocar deformidades en la articulación afectada.
Es importante señalar que no todas las personas con artrosis experimentan todos estos síntomas. Algunas personas pueden tener solo dolor, mientras que otras pueden tener rigidez y pérdida de flexibilidad sin dolor. En cualquier caso, es importante consultar con un médico si se sospecha que se tiene artrosis para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuado.
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